GABRIELA ADAMESTEANU
Traian Manu, un renombrado biólogo italiano de origen rumano, va dando cabezadas en el coche que conduce su esposa Christa en el trayecto de Nápoles al aeropuerto de Roma y sueña lo que todos los exiliados: que es un fugitivo, que está pasando por muchos peligros para llegar a su casa natal, pero allí nadie, ni su madre, lo reconoce.
Llevado por la nostalgia, Manu se ha decidido a hacer un viaje a Rumanía, invitado por un centro cultural extranjero, aunque durante treinta años no ha tenido correspondencia con nadie de allí.
También la Rumanía del año 1986, en los últimos años del régimen de Ceausescu, es un país diferente al que él abandonó. Su mujer se lo advierte: No se puede volver a un lugar con la esperanza de volver atrás en el tiempo. Durante todo el camino hasta el aeropuerto, Christa se acuerda de las estrecheces y el miedo que pasó su familia durante la Alemania nazi. Ella es una superviviente; su padre, un abogado, desapareció en la guerra, su hermana y su madre murieron en un bombardeo, su hermano menor, un fanático adolescente, se marchó a defender Berlín y murió allí.
Pero los ruegos de Christa no convencen a Traian que se ve a sí mismo como un nuevo Ulises y espera volver a encontrarse con la novia de juventud, Ana María, una garbosa pianista. Se siente protegido por el régimen totalitario de Rumanía gracias a su amistad con Alexandru Stan, excompañero de estudios, que ahora es académico y director de una importante Institución. Traian no sabe que aquel es un agente de la Securitate y que, en lugar de Penélope-Ana Maria, lo están esperando los servicios secretos que vigilarán todos sus pasos
